jueves, 19 de marzo de 2009

EL RETO: LA COMUNICACIÓN A LA CARTA

La humanidad lleva siglos buscando la felicidad. Los grandes pensadores han tratado históricamente de buscarle una definición, pero probablemente es imposible encontrarla. Es un sentimiento tan individual e incompleto que se ha convertido en el motor de las civilizaciones. Las ganas de avanzar conquistando mayores cuotas de progreso y de calidad de vida nos han llevado al punto en el que estamos. Hoy en día, todo es más rápido, se busca la instantaneidad, seguramente en el pensamiento subjetivo y global de que cuantas más cosas hagamos a lo largo del día, mayores probabilidades de encontrar una pizca de felicidad tengamos. No entraré a valorar si esto es bueno o no, pero la consecuencia cierta es que la evolución tecnológica es ya más rápida que la evolución humana, y es desconcertante observar cómo diariamente nacen fenómenos que buscan que nos comuniquemos con quien queramos donde queramos en segundos, pero que cada vez nos volvemos más individualistas en nuestra relaciones sociales.
Las ciencias sociales, como ciencia que son, observan y estudian estos fenómenos. La dificultad estriba en que la velocidad con la que se suceden es tan grande, que los profesionales de la comunicación política (y permitidme que también incluya a los políticos en este lote), estén un poquito más desfasados cada minuto que pasa. Las teorías de la comunicación de masas de principios del siglo XX se han visto superadas por la realidad del principio del siglo XXI, y hoy en día el mensaje político debemos comunicarlo individualmente al triple de la población que había entonces. He aquí el apasionante reto que tenemos por delante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario